Architectural Management 2
29 febrero, 2012Architectural Management 3
8 mayo, 2012En primer lugar quiero decir que no ha aparecido ningún nuevo post en este Blog por viajes y ocupaciones personales que no me han dejado tiempo para escribir desde finales de febrero, pero que esto de poner en negro sobre blanco mis inquietudes y pensamientos me encanta, y aqui estoy de nuevo.
El tema que hoy quiero comentar es muy grave, el título viene de un artículo de Laurent Pezin que he leido en Le Moniteur y el problema que él comenta se está convirtiendo en algo endémico de nuestra profesión en toda Europa.
Como dijo Mc Arthur en Okinawa, toda situación por mala que sea siempre puede empeorar, y a los gravísimos problemas que afectan a nuestra profesión: Sin encargos, sin cobrar los trabajos que hemos hecho en años anteriores, sin crédito y prácticamente sin concursos a los que presentarnos, cada vez más se le está sumando el fenómeno de los arquitectos suicidas.
Éstos compañeros cuya divisa es: «Pan para hoy y hambre para mañana», proliferan cada vez más y sin duda que su actitud acabará con toda la profesión a corto plazo. Hay un nivel de calidad mínima en nuestro trabajo que no deberíamos perder si no queremos desparecer como profesión, y esa calidad mínima no se puede dar a los precios que se están ofertando en este momento.
Hace poco nos hemos presentado a un concurso de arquitectura convocado por una Institución del máximo raigambre e imagen pública intachable en la sociedad española, se pedía la redacción del proyecto de ejecución de un edificio público, incluyendo el estudio geotécnico y el control externo del proyecto por entidad independiente. Al citado concurso nos presentamos 70 arquitectos y/o equipos de arquitectos. De los 70 presentados, solo 4 superaron el umbral mínimo de calidad técnica del proyecto que establecían los Pliegos, esto ya de por sí es un drama para una profesión que a duras penas es capaz de superar un 5% de propuestas correctas a criterio de la Institución… Pero lo peor del caso es que de las 4 propuestas finalistas, la ganadora fue la que menor puntuación técnica había obtenido, esto se dirá es increíble, pues no, porque esa propuesta ganadora era la que había hecho la mayor baja económica: Un 50% de los honorarios (ya muy exiguos) que constituían el Precio Tipo de la convocatoria. Me gustaría mucho ver el resultado de esta contratación y conocer cómo es posible que los compañeros ganadores hagan el trabajo.
He estado recientemente en Argentina y hablando con otros arquitectos que trabajan allí, he visto a dónde se llega con actuaciones como la que antes he descrito: En Argentina salvo tres o cuatro grandes estudios de prestigio, un proyecto de arquitectura no vale nada, así como lo digo, no vale nada, es como la caja de zapatos a unos zapatos, se supone incluida en los zapatos, y los arquitectos proyectan y dirigen sus propias obras en las que su papel principal no es el de arquitecto sino el de constructor, promotor, agente inmobiliario, cualquier cosa que sea fabricar zapatos y es así cómo pueden poner caja a los zapatos.
Pronto llegaremos a esto en Europa y lo peor es que nos lo tendremos bien ganado porque a base de suicidarnos arquitectónicamente habremos acabado con nuestra profesión
Miguel Ángel Álvarez
6 Comments
Saludos de nuevo Miguel Angel. Tu comentario, el que anotas, me sugiera otro comentario no muy distinto al turyo. Es un comentario que de sobra conoces y vuelve a decir lo que ya anotas, pero con otro ejemplo. Lo que quiere decir, que la historia se repite. No es un comentario simpático, sino más bien chabacano, pero lo veía necesario. Hablo del hecho de la falta de cuidado del «controlador». Aquí lo hablo en cuestiones arquitectónicas, pero vale para cualquier ámbito de la vida humana. De la película «El día de la marmota», parace que seguimos sin sacar nada fructífero de su enseñanza. Empiezo.
Personalmente, yo no me presento a los concursos, pero hace ahora justo un año me presentaba a uno pequeño para cubrir el patio de un colegio en un pequeño pueblo de Gipuzkoa. Era un concurso para hacer una pequeña y sencilla estructura, que era el cubrir un patio. Me dije «Tu puedes».
Ya pero ¿Por qué puedes?. Bien, pues si hay algo de lo que sé algo más, es de estructuras. Leo y releo artículos de revistas y libros. Ahora estoy terminando un par de tomos de cálculo de puentes que escribe Javier Manterola Armisen. Con esto quiero decir, que sé antes de calcular nada, cuánto de gorda es cada pieza y dònde son útiles ponerlas y donde no. Para el concurso calculé más de 15 modelos hasta llegar a uno donde el consumo de acero era mínimo y razonable utilizando, eso si, una cubrición que me parecía atractiva para ser presentada y construida para un concurso. Mi propuesta no era de las las mejores, y es que era muy fea, aunque no era una nave.
Buenos pues, el proyecto ganador dibujaba vigas rectas de 26 cm de canto para unas luces de 26 m; y con esas luces, e incluso sin saber calcular, cualquiera conoce que la cosa va a estar rondando los 100 cm de canto en piezas rectas. Apurando al máximo según el tipo, que había elegido decidí que sería raro y muy caro bajar de los 125 cm de canto, pero con cerchas, porque con vigas rectas era imposible hacer aquello.
Por supuesto las imágenes del proyecto ganador eran tan evocadoras. El estar debajo de esa cubierta tan hermosa pronosticaba unas fantásticas experiencias para los nenes y nenas que jugarían allí durante sus recreos y sus largos veranos. Grandes azañas de guerras eran imaginables en aquel ámbito tan ilusionante.
El proyecto tenía un presupuesto de concurso de 280 000 euros con aquellas vigas rectas de 26 cm de canto.
Ha pasado un año de aquello.
Ahora aquel proyecto ganador tiene un presupuesto ya de ejecución real de 660 000 euros con unas cerchas de 230 cm de canto. Sigue siendo un proyecto bonito, pero no son las mismas imágenes con las que aquel estudio ganó.
El comparar las imágenes de la propuesta ganadora con la realidad que se va a construir es como comparar un arenque con un tomate.
¿Qué ha pasado? ¿O por qué antes 26 cm y ahora 230 cm? ¿O por qué antes 280 000 y ahora 660 000? ¿O por qué antes unas imágenes y ahora otras?
Es decir, que se va a construir un proyecto que no ha ganado el concurso. El estudio de arquitectura ha variado los planos para poder ejecutarlo, pero ejecutarlo de otra manera.
A mi modo de ver el jurado debe de estar capacitado intelecturalmente para juzgar aquello que le toca hacer, que le mandan juzgar. En este caso ganó una propuesta estructural y constructivamente irrealizable, al menos no con el tipo estructural propuesto ni por el presupuesto propuesto.
Tal y como veo las cosas, el asunto es que, si las normas tanto de racionalidad como las propias del concurso son prescindibles, no será raro que los concursantes no tengan cuidado ni atención a ellas. ¿Para qué si con aquellas normas no se ganan ningún concurso y lo que interesa siempre es ganar concursos, porque hay que llevar los garbanzas a casa?
Esta inspección, que he hecho en este caso, la he hecho en otros concursos donde se presentaban ya estudios muy renombrados. Y he notado que pasa lo mismo, porque después de calculadas por mi, sus propuestas estructurales, en general todas eran estructuralmente nada convenientes. Se me viene a la cabeza los últimos edificios que me he estudiado como el edificio Mirador de Sanchinarro, el Arena de Madrid, la plaza de toros de Palencia, las torres de la isla Chamartín…. Sinceramente en todos estos edificios y con unas pocas horas de más, se saca enseguida la solución más económica y no más fea.
Mi conclusión, es que no hay arquitecturas suicidas reales, ya que a la hora de la verdad se cambian por las arquitecturas que no son suicidas, porque efectivamente se tienen que ejecutar.
Para terminar anoto las dos opciones de siempre.
Opción 1. Hacer un concurso pensado para construirlo según los planos que entregas.
Opción 2. Hacer un concurso pensado para ganarlo según los planos que entregas.
Pues, la opción a elegir está más que clara.
Y ya como fianl.
Si al policia que vigila le da igual que atraquen el banco o que no, los atracadores estarán encantados, poque no hay nadie que les viguele y atracarán a la hora que más les convenga, que será después de la siesta o del partido del Madrid.
Un ejemplo reciente lo constituyeron oficinas de control para el seguro decenal que creo que se crearon hacia el año 1998, y su función era la de vigilar, aquello que los estudios no vigilaban o no vigilában con suficiente atención.
Es decir, que si el que tiene que controlar no controla, hay que inventar un controlador, porque controlar hay que controlar.
Entonces y ya en el caso de los concursos, si a los que les toca controlar la calidad de algo, no la controlan, qué más da esforzarse en tener calidad, si es un inconveniente que hay que pagar con exceso de tiempo y este agota.
¿Habrá más control en un futuro? No, porque si algo no se puede construir, se varía hasta que se pueda. Hay una frase de Groucho muy propicia para esto. «Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros» En la boca de un concursante sonarían así. «Estos son mis planos de concurso, si no los construye, tengo otros»
¿Esforzarse? ¿Para qué?
Muchas gracias Juan Carlos, sobre tus conocimientos de estructuras yo soy una buena referencia tras las colaboraciones que hemos hecho juntos en las que tu has lucido amplia y positivamente los mismos.
Este mundo de los concursos de arquitectura tiene casuística para rato, lo que comentas está a la orden del día: Propuestas atractivas que no se pueden construir, reconvertidas en realidades que no tienen nada que ver con lo que ganó el concurso.
La falta de preparación de los «juzgadores» de concursos de arquitectura es la causa de estos males, pero no se si es más la necesidad en la que nos vemos los arquitectos de «suicidarnos» para intentar trabajar poniéndonos en sus manos.
Un abrazo
Buenos días, compañeros. Totalmente de acuerdo.
Voy a resumir:
* Concursos con Jurados incompetentes, que no saben distinguir «un arenque de un tomate…» (jajaja, que bueno)
* Jurados incompetentes, que no tienen ni puta idea de construcción (el ejemplo de las vigas es de juzgado de guardia, eso lo vé hasta un estudiante de tercero…).
* Concursos que en sus enunciados ponen lo que debería ser, pero que JURADOS INCOMPETENTES, otorgan el primer premio al que peor arquitectura hace (pero mas colorista, eso sí).
* Escuelas de Arquitectura (muchas y que proliferan como las setas), que no dan una formación sólida a sus alumnos. Yo terminé en el año ’91, después de 10 años de auténtico curre. No soy un arquitecto virtuoso, ni un número uno… Pero las bases recibidas están ahí. Me pasa como a tí, Juan Carlos… Nada más enfrentarme a una estructura ya se como va a salir (tenemos un predimensionador, llamado experiencia, que falla muy poquito, ¿verdad?). NO SE PUEDE CONSENTIR, REPITO, NO SE PUEDE CONSENTIR QUE HAYA ESCUELAS QUE «VENDAN» TÍTULOS Y QUE CONSIENTAN QUE EN SUS TABLONES DE ANUNCIOS SE OFERTEN «FINALES DE CARRERA ECONÓMICOS».
MUCHOS DE ESTOS «ARQUITECTOS???» (QUE «HAN PAGADO» UN TÍTULO), TERMINAN SENTANDO SUS POSADERAS EN LA MESA TRIBUNAL DE CONCURSOS Y SUS TÍTULOS, QUE NO SUS OBRAS, LES CAPACITAN PARA JUZGAR A COMPAÑEROS (MUCHOS DE ELLOS MUCHO MEJOR QUE ELLOS, INFINITAMENTE MEJORES). Y ESTO , REPITO, NO SE PUEDE CONSENTIR.
Afortunadamente, desde que terminé, después de pasar por los consabidos estudios de arquitectura a echar ¡muchiiiiisimas horas a 1.000 ptas (6€), empresa de diseño de stands y juntarme con otros dos , estupendos , arquitectos , sin que nos llegara ni un solo proyecto desde la calle (todo lo que hacíamos era por amistades, familia, etc…), decidí trasladarme a un pueblecito de la sierra de Madrid. Aquí sigo. Hace quince años que tomé esa decisión y no me arrepiento. Aqúi, el boca a boca y el buen hacer te dan prestigio, la gente, los paisanos, te conocen… eres un personaje («el arquitecto») y pese a la competencia, que lógicamente existe, he conseguido salir adelante, con muchos problemas, con muchas deudas, pero trabajando y haciendo lo que nos gusta: diseñar y ver construidos nuestros proyectos.
Y, a donde iba, que me enrrollo terriblemente, lo siento : Tan solo me he presentado a DOS proyectos en mi vida.
**PRIMERO: VIVIENDAS DE PROTECCIÓN PÚBLICA, PROMOVIDAS POR LA EMPRESA MUNICIPAL DE POZUELO DE ALARCÓN. Diciembre 2.004
Pliego de Condiciones a rasgos básicos: Predominio de viviendas de dos y tres dormitorios; empleo de materiales y estética de la zona donde se ubicaba (obligatorio cubierta inclinada de teja roja y uso preferible del ladrillo visto en fachada).
Pues bién, hicimos un proyecto muy correcto de arquitectura «edilicia»: Veinte viviendas (dos apartamentos y el resto de 2-3 dormitorios), veintitres plazas de garaje (dos de minusválidos), 20 trasteros, mínimas zonas de circulación, cubierta inclinada (como obligaba el pliego).
Resultado: palmaditas en la espalda, » habéis acabado entre los tres primeros». Teniendo en cuenta que éramos 20 (aproximadamente) no estaba mal… lo que sí estuvo fatal, es que de los 20, solamente 2 pusimos el gorrito a nuestro edificio, el resto hizo cubiertas planas… y , por supuesto, el ganador era un proyecto de coloridas fachadas, de presentación «Photoshop» impecable, de CUBIERTA PLANA, de 30 apartamentos, de cantidad de metros perdidos en distribución a viviendas, de aparcamiento inusable y de construcción carísima… Ah, y el sobre B, de honorarios, debía ser bastante bueno (por la baja temeraria, porque mi estudio -os puedo asegurar- es bastante económico).
Por cierto, NUNCA SE LLEGÓ A CONSTRUIR. Causa: pasaba una corriente subterránea que hacía inviable su construcción (¿donde estaba el estudio geotécnico?).
**SEGUNDO: VIVIENDAS DE PROMOCIÓN PÚBLICA EN HUMERA, EN POZUELO DE ALARCÓN. Enero de 2.009.
La parcela era muy pequeña, unos 300 m2 y tenía perfectamente marcada la alineación a calle, pues hacía esquina.
No me extiendo… el Pliego de Condiciones, calcado al anterior. Pero en este caso haciendo una vivienda apta para minusválidos y que el edificio fuera lo más eficiente energéticamente posible. (obvio decir que las cubiertas, obligatoriamente, tenían que ser inclinadas de teja roja, etc, etc…).
Después de dedicarle un tiempo (ya solo quedábamos tres personas en el estudio , de 8) bastante apreciable, con modelito en 3D, inclusive… 12 viviendas (2 apartamentos, 1 minusválido, y 10 viviendas de 2 dormitorios. 1 sótano de aparcamiento con 12 plazas (1 minusv.) y acceso por ascensor de coches. Por supuesto, cubierta inclinada y fachada de ladrillo visto.
Resultado: ganador proyecto de ¡¡24 apartamentos!!, estética «colorín colorado», cubierta plana, 3 plantas de sotano para 24 plazas, rampa de excalextric, … (la normativa solo permitiá dos plantas bajo rasante y el tema del desagüe, en caso de inundación o limpieza requeríria arqueta con bomba de elevación)… Coste de proyecto, ¡ni lo se!, coste de ejecución ¡estimo que con esa excavación, con esos muros de contención, con esas rampas y esas fachadas ventiladas de Prodema ($$$), casi el doble que cualquiera de los proyectos «normales» ).
En fín, que me he desahogado un poco. Siento haberos dado la tabarra. He creado una página facebook que, si tenéis tiempo, os invito a visitar http:/www.facebook.com/estudioarquitecturadolmen . Como me gusta el blog, y la página, procedo a dar mi «me gusta».
Un cordial saludo.
Muchas gracias Carlos por tu intervención y porque te guste el blog y la página. Por supuesto visitaremos la tuya en facebook, que seguro que estará estupenda.
En cuanto a lo que comentas, por desgracia es el pan nuestro de cada día. De todas maneras esta maldita crisis que nos tiene a todos boca abajo, y en especial a los arquitectos, puede que meta un poco de cordura en las Administraciones Públicas en futuros concursos, cuando los haya. Creo que si las bases se repetaran, todos procurariamos ir por ahí, pero como sabemos que los primeros que se las saltan son los convocantes, pues ¡hala! a hacer maravillas con los programas 3D.
A ver si nos encontramos más por aquí. Un cordial saludo
Miguel Ángel Álvarez
Como dice el refrán : «es de bien nacido, ser agradecido», te agradezco el buen rato que pasé ayer desahogándome con tu blog. Te prometo que voy a ir mirando otros, ya he leido rápidamente el de la necesariedad de la construcción para la economía de este país, y dejando mis comentarios. Me parece que eres un gran redactor y crítico, objetivo, de la realidad que nos rodea… y vuelvo, aunque no se pueda fisicamente, a dar un «me gusta» a tus páginas, blogs, etc… Gracias por entrar en mi página y gracias por darme tu «me gusta». Tengo que reconocer que te he pasado en número de seguidores, con trampillas, pues he pedido «descaradamente» a mis amigos que me den el anhelado «me gusta», con la idea de emular al -seguramente por tí también – admirable ALT (Angel Luis Tendero).
Me gusta la idea, mucho, de conseguir un reconocimiento , internacional ¿por qué no?, de las arquitecturas humildes y calladas como las que hacemos el resto de «arquitectos NO DIVOS». Y CREO QUE VAMOS POR BUEN CAMINO. Tus páginas están llenas de links, contactos, noticias, etc… muy interesantes, aunque ya te dí mi opinión en mensaje particular sobre ellas.
Si señor, has cumplido como un caballero, y, solo por eso, te vuelvo a dar de nuevo las gracias y sabes, de corazón, que tienes en mí un nuevo amigo para lo que quieras. Un abrazo, CHAMPION.
Muchas gracias también de nuevo Carlos. El concepto de arquitecto «divo» está en manos de muy pocos y los «normales» también hacemos buena arquitectura aunque no salgamos en las revistas, así que es bueno que todos los arquitectos nos apoyemos y que intentemos hacer bien nuestro trabajo. Abrazos