La Metáfora de la Avenida de Mayo V
23 agosto, 2013Módulo M2 del Curso Básico de Gestión de Adjudicados 2013
17 septiembre, 2013En 1.989 el Partido Justicialista vuelve al poder de la mano de Carlos Saúl Menem. El Partido fundado por el General Perón adopta un camaleónico estilo político, que mediante las llamadas «corrientes» puede representar a la vez a todo el arco parlamentario que se le pueda ocurrir a cualquier democracia occidental consolidada. Puede ser de izquierdas o de derechas, puede ser de centro, liberal, lo que se quiera, solamente con el apoyo a uno u otro dirigente de una «corriente» o de otra, se votan políticas radicalmente opuestas, pero todas ellas dentro del Peronismo…¿Qué invento, verdad? Pues eso es lo que se vive en la Argentina desde entonces.
El Peronismo del Presidente Menem era liberal, y decidió que terminaría con los problemas económicos del país mediante la aplicación de esa filosofía, que ya había sido célebre en los comienzos de la última Dictadura Militar con el Ministro Martínez de Hoz.
Para ello y basándose en Ministros de Economía fervientes defensores del liberalismo económico, en especial en Domingo Cavallo, comienza un proceso de privatización de empresas públicas, para ingresar dinero en la caja nacional, que tan necesario era para pagar la enorme deuda externa de la Argentina, la cual llevaba gestándose desde muchos años atrás. Paralelamente para controlar la inflación se impone una paridad, de consumo exclusivamente interno del país, peso-dólar, de modo que durante su mandato se podía girar dentro de la Argentina con ambas monedas por igual, con lo que se congeló el cambio entre ambos, y se impidió el incremento de la inflación.
Desarrolló dos mandatos presidenciales completos y sucesivos, desde 1.989 hasta 1.994 y desde 1.994 hasta 1.999, lo cual creo que es el mayor récord de un mandatario en aquella República en toda su historia.
En cuanto a la Avenida, y aunque al principio del mandato de Menem se continuó en la línea destructiva del Edificio HSBC, se demolieron algunos edificios de finales del Siglo XIX y principios del XX, para sustituirlos por estructuras de hormigón, que aún permanecen, ya que la economía del país no ha dado para que se conviertan en edificios, sin embargo hacia el final del mismo, en 1.997, se produce ¡por fin! un hecho muy positivo, que es la declaración de la Avenida de Mayo como «Lugar Histórico Nacional».
Esto en la práctica ha significado su protección arquitectónica, y ha impedido que se repitieran desmanes como los que antes he comentado, manteniéndose su cuidado bajo la supervisión de la Comisión de Monumentos y Lugares Históricos, lo que ha contribuido de forma importante a su permanencia.
En esa época se firma el Tratado General de Cooperación entre España y Argentina, que incluye la colaboración española en el mantenimiento, protección y conservación de la Avenida, teniendo en cuenta su vinculación con todo lo español a lo largo de su historia. Otro factor conservacionista positivo.
Esta colaboración también se debe, todo hay que decirlo, a que España, en esa época del Presidente José María Aznar, fue la mayor compradora de empresas privatizadas por el Presidente Menem. Así entraron con fuerza en la economía argentina: Telefónica, Endesa, Bancos de Santander y de Bilbao, Agbar, Marsans etc. etc. y sobre todo Repsol, que se hizo propietaria de la Joya de la Corona de la República Argentina: La compañía petrolífera YPF.
Llegamos a 1.999 y se produce un nuevo relevo en la Casa Rosada, la Unión Cívica Radical vence al Peronismo y resulta elegido nuevo Presidente de la República Argentina Fernando de la Rúa.
Al Presidente de la Rúa le cae encima toda la deuda externa que se había ido acumulando desde hacía más de 25 años, que la Nación no tenía ya nada que vender (porque su antecesor lo había vendido todo), que el «truco» del cambio paritario peso argentino-dólar no aguantaba más, que la inflación seguía adelante, que el paro aumentaba, que la Argentina no podía pagar su deuda y casi ni siquiera los intereses de la misma y todo esto unido al carácter dubitativo y falto de liderazgo del Presidente, que le hizo acreedor al título de «Fernando de la Duda», tenía que producir algún desastre.
Y el desastre llegó, a finales de 2.001, a los dos años de su toma de posesión, el Gobierno decide controlar todos los depósitos bancarios e impedir el libre acceso a las cuentas de sus titulares, limitando las extracciones a unas cantidades determinadas, se dijo que para dar mayor solvencia al sistema bancario, aunque de una forma artificial. Fue el llamado «Corralito».
La reacción de una ciudadanía que ya venía sufriendo los efectos de la pésima situación económica desde hacía años, y que llegó al límite de la asfixia total, fue tremendamente violenta. Se produce una inmensa manifestación, nuevamente en la Avenida de Mayo, con asaltos a supermercados y otros comercios, que es brutalmente reprimida por las fuerzas del orden y en la que se producen varios muertos.
El Presidente de la Rúa dimite y abandona en helicóptero la Casa Rosada. Hasta la fecha nunca más la Unión Cívica Radical, un partido histórico de la Argentina con una larga tradición de Presidentes electos, y la única fuerza unitaria que se podía oponer al Peronismo, pudo volver a gobernar, pagando los platos rotos de una equivocada política, que venía desde que Juan Domingo Perón ganó las elecciones en 1.946.
Pero nuevamente el Peronismo, con sus diversas «corrientes» y dirigentes de diferentes ideologías, que se proclaman todos verdaderos sucesores del fundador del partido, aparece en la palestra política y se suceden dos Presidentes, ambos dentro del Justicialismo: Adolfo Rodríguez Sáa y Eduardo Duhalde. Estos Presidentes heredan la triste realidad del país, se proclama el llamado «default», que significaba asumir que Argentina no podía pagar su deuda externa, y se devalúa la moneda, ya que también la paridad peso-dólar era totalmente ficticia.
La protestas se sucederían de forma permanente, y no había otro lugar mejor para ser el altavoz de la Argentina que la Avenida de Mayo. Prácticamente todos los días había manifestaciones a través de ella, tanto que en esa época adopta el título de «corredor piquetero». Contínuos piquetes de la más variadas procedencias sociales la recorrían con sus pancartas, cacerolas y bombos. Ni que decir tiene que esta falta de paz la degradó de forma importante, desde todos los puntos de vista: Comercial, de convivencia y turístico.
Finalmente se producen elecciones nuevamente en 2.003, en ellas vence otro representante del Justicialismo: Néstor Kirchner, antiguo Gobernador de la Provincia de Santa Cruz, en el sur de la Argentina, quién gobernará hasta el año 2.007.
La corriente Peronista que representa: Frente para la Victoria, es de ideología izquierdista, no simpatiza con los Estados Unidos, y sintoniza en cambio con otros Presidentes de países de Sudamérica que van en la misma línea: Hugo Chávez de Venezuela, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Luis Inázio Lula de Brasil, Michelle Bachelet de Chile y Tabaré Vázquez de Uruguay. Sin embargo llega a acuerdos con el Fondo Monetario Internacional para la cancelación de la deuda y eso produce una cierta relajación en la situación económica de Argentina.
La Avenida de Mayo vive momentos bajos, tras su función de «corredor piquetero» los comercios huyen de la zona, algunas estructuras de hormigón que se comenzaron a erigir en tiempos del Presidente Menem son abandonadas, por lo que permanecen como mudos testigos de un intento de renacimiento de su actividad. Otros edificios que comenzaron a restaurarse en la misma época, también paralizan sus obras, por ejemplo el de la antigua AFIP, herrumbrosos andamios abandonados cubren sus fachadas. Las aceras que necesitan reparación son parcheadas con losetas de diferentes tamaños y calidades, cuando no simplemente se dejan sin reparar, lo que hace incómodo transitar por ellas. Las cúpulas de los antiguos hoteles lujosos de principios del Siglo XX están llenas de goteras, se reparan con trozos de tela asfáltica con aluminio, que para mí son como tiritas colocadas en las heridas de la venerable Avenida. Algunas fachadas se ensucian con pintadas y botes de pintura…Una verdadera pena para un lugar tan emblemático y bello.
Tras haber consolidado su mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores en las elecciones legislativas de 2.005, el Frente para la Victoria presenta como candidata a la Presidencia de la República en 2.007 a la esposa del Presidente Kirchner: Cristina Fernández, que vence en las mismas. Néstor Kirchner fallece repentinamente de un infarto en 2.010, en medio de este primer mandato de su esposa, por su parte la Presidenta revalida su elección en las elecciones de 2.011, por una amplia mayoría, por lo que es la actual Presidenta de la República Argentina hasta el año 2.015.
Durante mis visitas a Buenos Aires en los últimos años, me ha interesado conocer un poco la figura de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para ello la he visto varias veces por televisión (lo que no es muy difícil ya que es un medio que utiliza casi a diario), he leído sus declaraciones en la prensa, he intercambiado opiniones sobre su figura con mis amigos argentinos, y he de decir que creo que tanto ella, como el país y por ende la Avenida de Mayo, están desorientados en este momento.
Argentina ha superado los terribles momentos del año 2.001, pero tengo para mí que la Presidenta y su «corriente»: Frente para la Victoria, han elegido mal a nivel internacional a sus compañeros de viaje y que tampoco están controlando bien la situación en el interior, con una inflación que vuelve a crecer y con severos problemas energéticos desde la privatización de YPF (para mí otro gran error), existe una protesta creciente en la sociedad, que no puede canalizarse adecuadamente en la política, por el enorme fraccionamiento de la oposición.
Todo esto hace que la Avenida de Mayo esté también en un paréntesis, no obstante ha recibido impulsos positivos desde el Programa de Revitalización de la Avenida de Mayo (PRAM) y del apoyo que el Director General del Casco Histórico: Luis Grossmann le presta, se han instalado unos bancos en toda la Avenida de un bonito diseño que conjuga muy bien con los edificios antiguos. Allí siguen muchas joyas como el Edificio Barolo, las noches de tango de los 36 Billares, el Café Tortoni, el Hotel Castelar con su encantadora cafetería años 30, el Teatro Avenida convertido en teatro de Ópera etc. etc. Se está restaurando con muy buen criterio la línea A del Subte, manteniendo el sabor histórico de la misma pero mejorando sus condiciones técnicas. Hay algunas restauraciones de edificios de gran mérito como la que comenté al principio de esta serie del Edificio Cassará y estoy seguro que de la cultura argentina y de la gran labor de la Asociación de Amigos de la Avenida de Mayo, saldrán más impulsos para conservar y mejorar la gloriosa Avenida.
Nadie que visite Buenos Aires debe perderse un lento paseo a pié entre la Plaza de Mayo y la Plaza de Congreso a través de la Avenida de Mayo, y deteniéndose en sus edificios, en sus hoteles, en sus cafés, comprendiendo el significado y la historia de todos ellos, estoy seguro que llegará a asumir, como yo, que es la mejor Metáfora de la historia de la República Argentina que existe.
Por mi parte, y por el cariño que le tengo, espero que siga siendo respetada, conservada, engrandecida y embellecida como se merece.
Miguel Ángel Álvarez