El Project Management y los arquitectos II
25 julio, 2012El Project Management y los arquitectos III
21 agosto, 2012Cuando en 2005 la candidatura de Londres se adjudicó la organización de los Juegos Olímpicos de 2012, frente a nuestro querido Madrid, ya lo fue en parte porque sus planteamientos gustaron debido a una decidida apuesta por la sostenibilidad y la recuperación de áreas degradadas de la ciudad.
La Olympic Delivery Authority (ODA) comenzó a trabajar de inmediato en la preparación del área de Stratford, una zona al Noreste de Londres que había acogido en otros tiempos multitud de industrias químicas, de detergentes, etc. especialmente contaminantes. Esta operación representó la demolición de más de 200 edificios abandonados y de todas las redes de servicios existentes, el recliclaje del 90 % de los materiales de las demoliciones, así como 1,4 millones de m3. de los suelos, que fueron analizados minuciosamente, lavados y compactados nuevamente para servir de base a las nuevas construcciones en la zona.
Una extensión de terreno de 2,5 Km.2 que se encontraba en las condiciones más adversas, fue recuperada para la ciudad y una vez finalizada la Olimpiada se convertirá en una de las zonas residenciales más codiciadas del extrarradio londinense, por sus enormes zonas verdes y la calidad de los edificios, comunicaciones e instalaciones de las que se la ha dotado.
Mientras esta operación tenía lugar, 18 equipos técnicos de arquitectos, ingenieros, paisajistas etc. estaban trabajando en los proyectos de los edificios que albergarían las instalaciones para los deportes olímpicos.
Con el mismo criterio sostenible se pensaba en edificios que fueran susceptibles de reconvertirse en otros más pequeños y adaptados a las necesidades reales tras la Olimpiada, que los materiales con que se construyeran fueran reciclables, o bien que fueran desmontables y trasladables a otro emplazamiento más acorde con su función. Algunos buenos ejemplos de los resultados son:
El Olympic Stadium de Populous , pasará de los 85000 espectadores que tiene en este momento a 25000 tras las Olimpiadas, los materiales sobrantes de esta reconversión son reciclables.
El London Velodrome de Hopkins Architects, totalmente reciclable al haber sido construido con madera y con una cubierta realizada con una estructura tensada a base de un cableado similar al de una raqueta de tenis.
Ejemplo de edificios desmontables y trasladables, con reutilización de todos sus materiales, a modo de inmensas carpas de circo de espectacular diseño son:
El Basketball Arena de Sinclair-Knight-Merz, del que se dice que por sus magníficas características constructivas y funcionalidad de uso ya ha sido adquirido por Río de Janeiro para la Olimpiada de 2016 (pues como ya sabemos tampoco vendrá a Madrid).
O el Shooting Range de Magma Architecture, que tiene el mismo planteamiento desmontable y reutilizable, lo que ha permitido erigirlo en los Royal Artillery Barracks de Woolwich, ya que será desmontado también tras la Olimpiada y seguramente trasladado a Bisley en Surrey, donde se encuentra el National Shooting Center. Inicialmente se pensó en este lugar pero con la solución desmontable la ODA decidió buscar un emplazamiento más próximo al Olympic Park y trasladarlo más tarde.
Sin embargo no todo ha seguido esta línea, y la Olympic Delivery Autority también ha sucumbido al embeleso (una más que cae…) de un edificio de Zaha Hadid, que no tiene nada de reciclable, pues aunque se diga que puede reducirse tras su uso olímpico, sinceramente no veo como. Esto ya lo hemos visto en España con el Pabellón Puente de la Expo de Zaragoza 2008, obra de la arquitecta iraquí, con el que ahora la ciudad aragonesa no sabe qué hacer. Esperemos que en esta ocasión Londres sí le de un uso posterior al Aquatics Center, que aunque no sea reciclable parece un buen edificio.
A ver si por fin nuestra ciudad de Madrid organiza los Juegos Olímpicos de 2020 y aprendiendo de todas estas experiencias, emulamos la exitosa Olimpiada de Barcelona 1992, de la que ahora se cumplen 20 años, y que fue una ocasión tan bien aprovechada por la Ciudad Condal.
De momento disfrutemos de esta Olimpiada de Londres 2012
Miguel Ángel Álvarez
2 Comments
Saludos de nuevo Miguel Ángel. Pongo un pequeño comentario, que entronca con el asunto principal, que creo suele gobernar todos tus artículos, y que pienso que versan sobre un mayor sentido común o una mayor planificación en el gasto de cualquiera cosa o de cualquier proyecto.
Sobre teorías -actuales- de sostenibilidad y de reutilización sé poco, nada. Lo digo porque quizás pueda sonar muy mal lo que vayan a leer ahora. Pues bien, sea cual sea la forma en que se me interprete, espero contar claramente y veradmente lo que quiero significar. Suena así.
Primero establezco un básico problema teórico, que podría ser así. Hacer un edificio desmontable que se pueda montar en otro lugar o en otro momento, y además hacer partes del edificio también, que se pueda desmontar y montar según las necesidades. A este edificio le llamo edificio desmontable, luego a su contrario por lo tanto lo llamaré el edificio permanente.
Pongámonos el caso hipotético de que tanto el edificio desmontable como el edificio permanente tienen el mismo coste de construcción. Aunque en la realidad unas veces será de mayor coste y otras de menor. Está claro.
Pongamos por caso, que el edificio va a ser por ejemplo un estadio de fútbol, para tener algo tangible ya en la cabeza con lo que nos podamos hacer una imagen rápida y cómoda. Sólo voy a hablar de costes constructivos y sólo en la comparación de dos edificios exáctamente iguales, donde uno es desmontable y el otro no lo es.
Pues bien, en los edificios desmontables encuentro al menos los siguiente sobre costes.
Está el sobre coste de todos sus almacenamientos.
Está el sobre coste de todos sus transportes.
Está el sobre coste de los montajes sucesivos, donde algunas barras habrá que reponerlas, porque irán dando de sí, al igual que los tornillos y arandelas, o cualquier otra pieza, que se vaya a deteriorar con su quitar y poner.
También está el sobre coste de los desmontajes sucesivos.
Está el sobre coste de las cimentaciones sucesivas, que nunca serán iguales sobre areniscas que sobre lajas de pizarras, por ejemplo.
Está el sobrecoste de la demolición de las cimentaciónes una vez utilizadas, cuando estorven.
Está el sobre coste de prepararlo estructuralmente para montarlo en la zona sísmica de Murcia o Granada con respecto al que resultaría de que se quedara en Madrid. No sólo en cada lugar habrá diferencias en acciones sísmicas, sino en acciones de viento, acciones de nieve o acciones de temperatura.
Está el sobre coste de adaptarlo según la cultura o la tradición o las costumbres del lugar. Habrá que prepararlo para los vecinos de Vallecas o del Paseo de Gracia, por ejemplo.
En los edificios desmontables encuentro al menos los siguientes ahorros.
Está el que tenga menor coste de mantenimiento sólo de las partes demontadas.
Y ya finalmente un par de conclusiones.
Que hacer un edificio desmontable, para que se pueda montar en cualquier lugar está bien. Y también está bien desmontar las partes del edificio, que no se vayan a utilizar. Pero según las consideraciones, que digo más arriba me parece, que el hacer un edificio desmontable, éste no pasa a ser un edificio más sotenible o más reutilizable, porque se gasta más dinero y energía en él.
Para que el edificio desmontable o reutilizable pueda competir en economía de construcción con un edificio permanente, aquel tiene que ser super básico, del tipo carpa de circo, o escenario de conciertos de rock, cuya gran economía es que son reutilizables miles de veces, por ser tramas muy ligeras a las que se las exige poca habitabilidad.
Quiero decir, que suena bien emplear las palabras reutilizar y desmontar, pero que no suena tan bien cuando se habla del coste total, y no sólo del primer coste. En una pieza que se desmonta y monta está claro que hay que contar las veces que se monta y desmonta, y no en un lugar teórico, si no en uno concretísimo, que será muy dispar a otro lugar también muy concreto.
Y aquí vienen ya la preguntas del millón, que son muy sencillas.
¿Las instalaciones desmontables de las Olimpiadas de Londres 2012 están siendo reutilizadas o lo van a ser en breve, o es el caso que están ahora almacenadas e incluso ya en el vertedero?
Y
¿Qué problemas, ahora ya reales o ahora ya contantes y sontnates, están teniendo para volver a montar las instalaciones de las Olimpiadas de Londes 2012 en otros lugares, tal y como se presumia por ser una novedad y una bondad de una sociedad moderna y -sostenible-?
O
Es claro que se planificó el presente de las instalaciones, ¿y el futuro, también lo fue o lo está siendo?
Gracias Juan Carlos una vez más por seguir este Blog y perdona que no te haya podido contestar antes. Yo creo que los edificios desmontables si están bien diseñados (como los de la Olimpiada de Londres 2012) son ecológicos por producir menos residuos al desmontarse y porque su ocupación del suelo es temporal y luego ese espacio puede volverse a dedicar a otros usos, incluso los de zona verde. En concreto el Pabellón de Baloncesto de Londres ya ha sido adquirido por la Olimpiada de Río 2016 y se va a volver a instalar allí, por lo que hay un segundo ahorro al no tener que construir dos pabellones, cosa en la que hay que pensar mucho tal y como van las cosas. Seguro que recuerdas la Isla de la Cartuja en Sevilla con montones de edificios (la mayoría bonitos) que fueron languideciendo hasta su desparición tras la clausura de la Expo de 1992, y creo que otro tanto está ocurriendo en Zaragoza tras la Expo 2008, eso sí que es una pena y no tiene nada de ecológico, por eso me ha gustado la estrategia de Londres 2012. Un abrazo