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28 septiembre, 2012Design Thinking
7 noviembre, 2012La Sociedad de Gestión de Activos, más conocida como Banco Malo, sigue concitando el interés de todas las publicaciones sobre economía y temas inmobiliarios en nuestro país, y se comprende ya que es uno de los temas más importantes que tiene el Gobierno entre manos, es mucho lo que se juega y de su éxito o fracaso depende en gran medida la consideración que se haga de su gestión.
En relación con este asunto han comparecido en las últimas semanas, por una parte el Ministro de Economía y por otra parte el Presidente del FROB ante las correspondientes Comisión y Sub-Comisión del Congreso. Con lo revelado en estas dos comparecencias vamos despejando alguna de las dudas que expresé en el post del pasado 30 de Agosto.
Así por ejemplo sabemos que el FROB detentará un 45% del capital del Banco, mientras que el 55% restante estará en manos privadas. El Banco de España quiere que en ese 55% del capital participen los llamados Bancos Sanos de nuestro sistema financiero, si bien éstos tienen ciertas reticencias ya que ven en el Banco Malo un competidor desleal para la colocación de sus propios activos. Por otra parte al socorro del árbol caído (para hacer leña de él) siempre estarán los denominados Fondos Buitres, que están incrementando de forma importante su implantación en España y que también podrían participar, las Compañías de Seguros y como ha dicho el Ministro: «Otros inversores cualificados…» El problema es convencer a todos ellos de la rentabilidad de su inversión.
El Balance del Banco Malo estará en el nivel de una entidad de «Capital Mediano» de entre 40.000 y 60.000 millones de euros.
También sabemos que la gestión estará en manos independientes del poder político, lo que no sabemos todavía es ¿cuáles son esas manos?
Se prevé que comience a funcionar a primeros del próximo Diciembre y que para Febrero del año 2013 tenga ya transferidos los activos, básicamente de cuatro entidades intervenidas: Bankia, Catalunya Bank, Novagalicia Banco y Banco de Valencia. Estos activos deberán ser de un importe superior a 100.000 € cada uno y de 250.000 € si se trata de préstamos.
El plazo de vida que se le da al Banco Malo es de 15 años.
Pero lo que seguimos sin saber, y es donde sigue estando el meollo de la cuestión, es ¿en qué valores se va a hacer la traslación de los activos?, ya que en función de ese precio de adquisición estará la rentabilidad o no de la operación, se habla de una «quita», respecto a los valores en Balance de las entidades, del 80% en el caso de los terrenos, del 60% en promociones no terminadas y del 35% en promociones terminadas, pero aquí es donde hay un gran escollo entre los posibles inversores, los Bancos Sanos no quieren que los precios se tiren al suelo para que no afecte al valor de su cartera de activos y los Fondos, las Compañías de Seguros y «otros inversores cualificados» quieren que esos precios sean lo más bajos posible para tener recorrido de negocio. La posterior comercialización y venta se podría hacer por «paquetes» pero ¿quién y cómo fijará cómo se fragmentan los activos?
Otro problema es que los activos no son en muchos casos una fruta madura y limpia para servir en el plato de los posibles compradores finales, sino que requerirán un largo proceso de desbroce de los problemas legales, embargos y más embargos, hipotecas etc. que redundarán en un alargamiento de la gestión y en una paralización de las inversiones.
Sobrevolando todo este proceso, que como se ve sigue teniendo muchas incógnitas, está el tema del famoso rescate a España por parte de Europa, algo que sería bien visto por los inversores extranjeros, que tristemente para nosotros se verían más seguros en su inversión, pero mal por los Bancos Sanos españoles que no quieren que Europa meta las narices en sus inversiones. Aunque esto del rescate parece que solo es cuestión de tiempo.
Así las cosas seguiremos atentos a la pantalla, ya digo que este es un tema crucial para el mundo inmobiliario español en los próximos años. Por cierto, me pregunto si esos 15 años previstos para el Banco Malo ¿serán los que necesitamos para superar la debacle del boom inmobiliario?
Miguel Ángel Álvarez