La Metáfora de la Avenida de Mayo III
11 julio, 2013Módulo M2 del Curso Básico de Gestión de Adjudicados 2013
5 agosto, 2013El ciclo democracia-golpe de estado militar-democracia…Volvía a cumplirse y en 1.958 gana las elecciones un tecnócrata de la veterana Unión Cívica Radical: Arturo Frondizi, y además: Radical Intransigente, Argentina siempre ha sido muy rica en su léxico y expresiones.
El Presidente Frondizi se impone como tarea prioritaria la profundización en el proceso de industrialización de la Argentina, como se esperaba de él. Para ello pide préstamos en el exterior, basado en las reservas petrolíferas de YPF, e invita a grandes corporaciones industriales a que se establezcan en la Nación, ofreciendo ventajas fiscales, laborales etc. Así comienza por ejemplo una intensa fabricación de automóviles por parte de empresas norteamericanas y europeas, además de otras muchas industrias.
La Avenida de Mayo continúa incrementando la presencia española en la zona, muchos industriales y comerciantes se establecen en los bajos de los antiguos edificios que habían sido hoteles de lujo y nacen restaurantes y todo tipo de comercios regentados por españoles. Se incrementa su terciarización con más oficinas donde antes había viviendas.
La AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), digamos la Agencia Tributaria de la Argentina se establece en el edificio de la Avenida de Mayo esquina a la Calle Talcahuano, y donde estaba el Diario Crítica, un magnífico edificio Art-Decó, pasa a estar la Central de la Policía Federal.
Los nuevos edificios que se construyen obedecen a un estilo funcional y contrastan con las decoradas fachadas del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Representan un intento, para mí no muy logrado, de adaptarse a la nueva Argentina de la industrialización.
No obstante otra nueva vuelta de tuerca al famoso e inveterado ciclo político de la Argentina moderna iba a tener lugar. En 1961 el Presidente Frondizi, presionado por los Sindicatos Obreros, legaliza nuevamente al Partido Justicialista, permitiéndole presentarse a las elecciones de 1.962, si bien no autoriza el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina.
Esto desata las iras de los militares que habían depuesto a Perón seis años antes, así como de los grupos antiperonistas, que consideraban superado el trauma del Justicialismo y se oponen frontalmente.
Otro golpe militar destinado a inhabilitar nuevamente al Peronismo, depone el Presidente Frondizi y anula el Decreto de Legalización del Justicialismo, poniendo al frente de la Nación curiosamente a un civil: José María de Guido, que era Presidente del Congreso de Diputados.
El Presidente de Guido básicamente continuó la política expansiva en lo industrial comenzada por Frondizi manteniendo la proscripción del Peronismo y convocó elecciones, sin el partido Justicialista, en 1.963.
En ellas nuevamente resultó vencedora la Unión Cívica Radical proclamándose Presidente de la Nación a Arturo Humberto Illía.
El Doctor Illía (médico de profesión) era básicamente un hombre bueno, inteligente, culto y de educadas maneras. Su carácter pacífico, elegante y eficiente, fue como el bálsamo que necesitaba el país en aquel momento. El Gobierno que presidió invirtió mucho en educación, y canceló las deudas que se habían contraído en la época del Presidente Frondizi, profundizando aún más en la industrialización nacional. Honesto, serio y austero, es para mí el gobernante más recto que ha tenido la Argentina moderna. Una figura que permanecerá siempre en la parte buena de la historia de ese país.
Pero su carácter, considerado lento, que le granjeó el apodo de «La Tortuga», también fue objeto de las presiones de los Sindicatos próximos al Peronismo, que continuamente apostaban por unas elecciones en las que el Justicialismo participase, y en definitiva por el regreso de Perón. El Presidente Illía había vencido con un escaso margen de votos y entre ellos un elevadísismo porcentaje en blanco (los de los Peronistas) por lo que era un objetivo fácil para esas presiones.
En consecuenia se vuelve a reproducir el ciclo anterior, en 1.965 el Presidente convoca elecciones legislativas en las que permite que se presenten los candidatos Justicialistas (sin Perón) y en 1.966 es depuesto por los militares, que una vez más deciden «poner orden» en el país y proscribir al Peronismo.
Los años siguientes desde 1.966 hasta 1.973 pertenecen nuevamente a Gobiernos de dictaduras militares que pomposamente se denominan «Revolución Argentina» y que se basan en una proscripción del Peronismo en lo político y una expansión liberal en lo económico. Se suceden varios Presidentes militares: Juan Carlos Onganía, Marcelo Levinston y Alejandro Agustín Lanusse.
La economía sin embargo se estabiliza y es una nueva época de esplendor para la Avenida de Mayo, que arregla edificios antiguos y restaura algunas fachadas elegantes de los edificios del Siglo XIX. En general y una vez más como reflejo de lo que ocurre en la Argentina, su vida social se fortalece y su actividad comercial se incrementa.
Pero otra vez gira la rueda de la inveterada suerte argentina desde 1.945: Peronismo-Antiperonismo y los Sindicatos Obreros que no habían dejado de presionar durante estos años con todo tipo de protestas y manifestaciones, promueven una importante acción en contra del Gobierno en la industriosa Provincia de Córdoba, al oeste del país. En la fuerte represión gubernamental de esta protesta, que tuvo lugar en 1.969, y que se conoce como «El Cordobazo», se inicia un proceso de radicalización del Peronismo, que tendrá nefastas consecuencias para la Argentina en los siguientes años.
Como toda acción conlleva una reacción, en 1.970 nace el grupo «Montoneros» que es una guerrilla armada, políticamante en sus inicios Peronista, y que se presenta a la sociedad con una acción violenta: El secuestro y posterior asesinato del General Aramburu, que habia depuesto al General Perón en 1.955.
Bajo todo este panorama tan revuelto, y aunque la economía argentina iba sorprendentemente bien en medio de las disputas, en 1.973 la Dictadura no aguanta más y se convocan elecciones Presidenciales con la presencia del Peronismo, pero una vez más sin Perón, que continuaba viendo la evolución de los acontecimientos desde su mansión: «Quinta 17 de Octubre» (recordemos su histórica liberación en 1.945 y el nacimiento del Peronismo), situada en el elegante barrio residencial de Puerta de Hierro en Madrid.
El Peronismo vence en esas elecciones, con un candidato que es de la máxima confianza del General Perón: Héctor José Cámpora, quién realiza un maniobra electoral, consistente en convocar nuevas elecciones a los pocos meses de su nombramiento como Presidente de la República, para que esta vez, y desde hacía 18 años, pudiera nuevamente presentarse a las mismas, encabezando la candidatura Justicialista, el propio proscrito líder y fundador del movimiento: Juan Domingo Perón, que regresa a Buenos Aires con tal motivo el 20 de Junio de 1.973.
A Perón le esperaban multitudes en el Aeropuerto de Eceiza en Buenos Aires. Como un triste homenaje a su regreso, se produce un tiroteo en el mismo Aeropuerto entre facciones de su partido, que ya entonces querían dirigir los destinos del Peronismo, con víctimas mortales, conocido como: «La Masacre de Eceiza». Los asistentes (incluyendo familias con hijos) no comprendían lo que estaba ocurriendo, y el avión que le trasladaba tuvo que desviarse al Aeropuerto de Morón, por razones de seguridad. Pero el viejo Fundador del Justicialismo había regresado a la Argentina.
Perón vence de nuevo arrolladoramente en las elecciones de Septiembre de 1.973 y comienza su último mandato como Presidente de la República, que dura muy poco, ya que al anciano General, presionado por los violentos acontecimientos que sus seguidores llevan a cabo, no le responden sus fuerzas físicas y fallece en Julio de 1.974, víctima de problemas cardíacos y otras complicaciones de salud, sin prácticamente haber comenzado a desarrollar un programa de Gobierno. Tenía 78 años.
Juan Domingo Perón había conocido en Panamá en 1.955, tras salir de la Argentina, a una bailarina, también argentina, de la que se enamoró y que le acompañaría hasta su muerte, Isabel Martínez, conocida tras su unión como Isabelita Perón. Fue su tercera esposa y lo que no había querido hacer con la mítica Evita en 1.951, sí que lo hizo con Isabelita en 1.973, presentándose ambos en equipo como candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia respectivamente.
Es así como al fallecer el Presidente Perón, su esposa la Vicepresidenta Isabel Martínez de Perón, se convierte en Presidenta de la Argentina en Julio de 1.974.
Montoneros era un grupo cada vez más activo y violento, claramente de izquierdas, quería superar los viejos planteamientos del Peronismo, y que éste y la Argentina evolucionaran en la línea de sus postulados ideológicos. Frente a ellos, dentro del Peronismo, había otra facción que era exactamente lo contrario en las ideas y contaba con el favor y el apoyo de la Presidenta, así como de los grupos más radicales de la ultraderecha del país, se autodenominaron: Alianza Anticomunista Argentina o «La triple A».
Ambos grupos tuvieron muchos enfrentamientos entre ellos, se sucedieron los secuestros y asesinatos. Paralelamente el Ejército también se postuló en contra de Montoneros y demás grupos de ideología marxista. La Presidenta se demostró incapaz de controlar la situación.
La economía argentina durante estos años llevó un camino nefasto, la inseguridad política y social hizo que se contrajeran más deudas en los mercados financieros exteriores y se disparó la inflación, nadie sabía muy bien a qué atenerse y la Avenida de Mayo vivió otra época de contracción y bajada de su actividad.
La solución una vez más fue la Dictadura Militar y en 1.976 las tres Fuerzas Armadas unidas dan un golpe de Estado que depone a la Presidenta, dejando el poder en manos del General del Ejército Jorge Rafael Videla, del Almirante de Marina Emilio Eduardo Massera y del Brigadier de Aviación Orlando Ramón Agosti.
Las funciones de Presidente de la República serían ejercidas por el General Videla. Éste triunvirato, apoyado por todo el Ejército, decidió acabar con los grupos de ideología izquierdista que actuaban en el país, para ello comenzaría una durísima represión en contra de los mismos, que finalmente a la larga escribiría una página vergonzosa en la historia de la Argentina, que todos conocemos y cuyas repercusiones siguen llegando hasta nuestros días.
Continuaré en un próximo post, pero tranquilos que espero sea para finalizar el relato. Muchas gracias a los que se siguen interesando por este breve repaso a la historia del país en el que nací y la Metáfora que de la misma es la Avenida de Mayo.
Miguel Ángel Álvarez